Prevención de Pérdidas Empresariales: Detén el Daño Antes de que Ocurra
- Marketing Team

- 11 nov
- 17 Min. de lectura
Actualizado: 12 nov
Cuando la mayoría de la gente oye la palabra «merma», piensa inmediatamente en hurtos en tiendas o en la desaparición de algunos artículos de un almacén. Pero para quienes toman decisiones en Cumplimiento Normativo, Riesgos y Recursos Humanos, eso es solo la punta del iceberg de una grave responsabilidad.
La verdadera merma empresarial es la diferencia entre los activos registrados y los reales. Constituye una señal de alerta crítica ante fallos ocultos en los procesos, incumplimientos normativos y riesgos derivados del factor humano que, silenciosamente, merman sus recursos y exponen a su organización a una responsabilidad significativa.
¿Cuánto le está costando realmente la merma empresarial?
Las pérdidas por merma no son solo un problema del comercio minorista ni de los almacenes. Se trata de cualquier pérdida de activos no documentada, y pueden afectar desde datos financieros y propiedad intelectual hasta equipos físicos y suministros. La mejor manera de entenderlas no es como un simple gasto, sino como un síntoma de vulnerabilidades operativas más profundas que generan un impacto negativo en el negocio.
A menudo, estas vulnerabilidades se manifiestan como fallos menores en los procesos o pequeñas negligencias. Pero si no se controlan, se convierten en importantes responsabilidades financieras y de cumplimiento normativo. Los costes no se limitan al valor de las pérdidas; incluyen todos los recursos invertidos en investigaciones reactivas para intentar averiguar qué falló a posteriori: una estrategia fallida que solo palia el daño ya causado.
Esta infografía desglosa las principales causas de merma en tres categorías principales: robo, errores y daños.
Como puede observarse, si bien el robo acapara la mayor atención, los errores administrativos y los daños menores también generan pérdidas. Esto pone de manifiesto la necesidad de una estrategia proactiva de prevención de riesgos que abarque todos los aspectos, desde el factor humano hasta el último.
Ampliando la definición más allá del inventario
Para los líderes de Cumplimiento, Riesgos y Recursos Humanos, el primer paso para solucionar el problema es redefinirlo. Las pérdidas no son solo un quebradero de cabeza en la gestión de inventarios; son un indicador clave de rendimiento que señala riesgos subyacentes relacionados con el factor humano. Cada caso de pérdida, independientemente de la causa, apunta a una falla en un proceso o a un fallo en los controles internos: áreas que exigen un enfoque proactivo, no reactivo.
Para que lo entiendas mejor, aquí tienes un breve resumen de las principales formas en que las pérdidas afectan a un negocio.
Los cuatro tipos principales de contracción empresarial
Tipo de contracción | Causa principal | Área de impacto empresarial |
|---|---|---|
Robo externo | Hurto en tiendas, fraude de vendedores, delincuencia organizada en el comercio minorista | Comercio minorista, cadena de suministro |
Robo interno | Robo por parte de empleados, filtración de datos, malversación de fondos | Todos los departamentos |
Errores administrativos | Errores de entrada de datos, errores de precios, percances con el papeleo | Finanzas, Operaciones |
Daños operacionales | Mercancías dañadas, deterioro, mal uso de los equipos | Logística, Producción |
Cada una de estas categorías representa una vulnerabilidad distinta, pero todas comparten una cosa en común: erosionan silenciosamente sus resultados si no se abordan.
Incluso una tasa de merma aparentemente mínima puede tener un impacto financiero enorme. En una operación a gran escala con márgenes ajustados, una tasa de pérdida de tan solo el 2 % puede traducirse fácilmente en millones de dólares en pérdidas. Las cifras dejan dolorosamente claro por qué el seguimiento preciso y los controles proactivos son tan importantes.
El problema de un enfoque reactivo
Durante décadas, la respuesta habitual a las pérdidas consistía en auditorías periódicas e investigaciones internas. Este enfoque es fundamentalmente erróneo porque es totalmente reactivo: solo se activa después de que la pérdida ya se ha producido. Es costoso, genera trastornos y rara vez llega a la raíz de las debilidades sistémicas que permitieron la pérdida en primer lugar.
En lugar de esperar a que se acumulen las pérdidas, una estrategia moderna de gestión de riesgos se centra en identificar y eliminar los factores que las preceden. Esto implica analizar los comportamientos humanos y las deficiencias en los procesos que generan las oportunidades de pérdida desde el principio. Puede obtener más información al respecto en nuestra guía sobre el verdadero coste de las investigaciones reactivas .
Al comprender estas causas fundamentales, se pueden implementar medidas preventivas que sean a la vez éticas e increíblemente efectivas.
Los costos ocultos de la merma que erosionan sus ganancias

Es fácil calcular el coste directo de un activo perdido. Sin embargo, es totalmente engañoso. Centrarse únicamente en el precio de venta de lo que se ha perdido es como medir un iceberg por la punta. El verdadero daño de las pérdidas no controladas se encuentra bajo la superficie: una fuga lenta y persistente que erosiona los márgenes de beneficio, aumenta los costes operativos y deteriora la imagen de marca con el tiempo.
Para los líderes en Cumplimiento, Riesgo y Seguridad, comprender estas cargas ocultas es fundamental. Cada incidente de merma, ya sea por una amenaza interna, un error o un daño, desencadena una cascada de costos secundarios mucho más perjudiciales que la pérdida inicial.
El alto precio de las medidas reaccionarias
La primera y más costosa consecuencia de la reducción de personal es la investigación reactiva. Una vez detectada la pérdida, la organización se ve inmersa en un ciclo costoso y disruptivo de auditoría forense, entrevistas internas y revisiones de seguridad.
Estas investigaciones consumen una enorme cantidad de tiempo y dinero. Personal clave se ve obligado a abandonar sus funciones principales para recabar información a posteriori. Todo el proceso es ineficiente, a menudo termina con resultados inconclusos y genera un clima de desconfianza y sospecha. Es un caso típico de gastar mucho dinero para recuperar poco.
La merma descontrolada no solo supone una pérdida de activos, sino que también propicia mayores problemas operativos, incumplimientos normativos y daños a la reputación. La verdadera responsabilidad va mucho más allá del balance, afectando a la integridad misma de los controles internos.
Implicaciones legales y de cumplimiento
Más allá de los costos de saneamiento interno, la merma puede exponer a una organización a graves riesgos legales y regulatorios. Cuando las pérdidas se deben a incumplimientos normativos —como el manejo inadecuado de datos confidenciales o el incumplimiento de los procedimientos establecidos— las consecuencias pueden ser graves.
Estos incidentes pueden desencadenar auditorías y acarrearle serios problemas con los reguladores, lo que podría resultar en multas sustanciales. Por ejemplo:
Multas por incumplimiento: Una sola infracción relacionada con la reducción de datos puede resultar en multas de millones de dólares bajo regulaciones como el RGPD o la CCPA.
Honorarios legales: Defenderse de litigios por mala conducta o negligencia de los empleados es un proceso costoso y prolongado que agota los recursos corporativos.
Mayor escrutinio: Una vez que se identifica un incumplimiento, a menudo conlleva una supervisión más intensa y continua por parte de los organismos reguladores, lo que añade una carga administrativa permanente.
Esta relación directa entre las pérdidas y la responsabilidad empresarial justifica ampliamente la gestión proactiva y ética del riesgo . Se trata de detectar posibles problemas y abordarlos antes de que se conviertan en costosas batallas legales.
El efecto corrosivo en tu cultura
Quizás el coste más subestimado de la merma sea su impacto en el personal. Un entorno laboral donde las pérdidas son habituales y las investigaciones frecuentes es un entorno laboral plagado de baja moral y una integridad en declive.
Cuando los empleados se sienten constantemente vigilados, su compromiso se desploma y la productividad se resiente. Este entorno puede provocar una mayor rotación de personal, ya que los mejores empleados buscan trabajos más estables y con mejores perspectivas. El coste de reclutar, contratar y formar a sus sustitutos supone una carga financiera adicional.
En definitiva, estos costes ocultos transforman las mermas de un simple problema operativo en una grave amenaza estratégica. Al relacionar las pequeñas pérdidas recurrentes con su enorme impacto en el negocio, queda claro que invertir en prevención proactiva no es solo una buena práctica, sino una estrategia esencial para la salud a largo plazo. Esperar a que las pequeñas fugas se conviertan en fallos catastróficos es un riesgo que ningún líder prudente puede permitirse.
Identificación de las fuentes reales de la merma interna
Para comprender realmente las pérdidas , es necesario ir más allá de los síntomas evidentes y comenzar a indagar en las causas raíz. Con demasiada frecuencia, las pérdidas internas se malinterpretan o se atribuyen a factores equivocados, lo que conduce a estrategias completamente ineficaces. La clave está en dejar de buscar culpables y empezar a examinar las debilidades sistémicas y los riesgos humanos que generan estas oportunidades de pérdida en primer lugar.
La mayoría de las pérdidas internas no son resultado de un plan premeditado y malicioso. Suelen deberse a una combinación de simples errores humanos, deficiencias en los procedimientos y capacitación inadecuada. Estos problemas, aparentemente menores, se combinan para crear el caldo de cultivo perfecto para fugas financieras, problemas de cumplimiento normativo y caos operativo. El objetivo no es buscar culpables, sino comprender cómo nuestros propios procesos obsoletos y controles deficientes contribuyen al problema.
Más allá de la culpabilización: analizar las deficiencias del proceso
Cuando se descubre una pérdida, el primer impulso casi siempre es averiguar quién es el responsable. Pero esa mentalidad reactiva pasa por alto lo esencial: el proceso en sí mismo es el problema. Un enfoque verdaderamente preventivo indaga en el «por qué» de la pérdida, centrándose en los riesgos del factor humano que a menudo pasan desapercibidos hasta que es demasiado tarde.
Estas debilidades sistémicas pueden manifestarse de algunas maneras comunes:
Capacitación inadecuada: Los empleados que no comprenden completamente los procedimientos tienen muchas más probabilidades de cometer errores costosos, ya sea un simple error de entrada de datos o un manejo inadecuado de inventario valioso.
Flujos de trabajo complejos u obsoletos: Cuando los procesos son complicados, las personas tienden a buscar atajos. Esto abre la puerta a errores y vulnerabilidades que pueden ser explotadas.
Falta de responsabilidad clara: Si ninguna persona o departamento se responsabiliza realmente de un proceso, la supervisión se vuelve deficiente. Los pequeños errores pasan desapercibidos y se acumulan hasta convertirse en una pérdida importante.
Controles internos deficientes: La falta de controles y equilibrios básicos, como exigir una doble autorización para transacciones de alto valor, es una invitación abierta tanto a errores como a malas conductas.
Este gráfico desglosa las causas comunes de la merma de inventario y destaca que el robo por parte de los empleados es solo una pieza de un problema mucho mayor. Los errores administrativos y los daños operativos son factores determinantes.
Los datos lo dejan bastante claro. Si bien los actos intencionales son una preocupación real, una gran parte de la merma se debe a fallos sistémicos y errores humanos. Esto no hace más que reforzar la necesidad de soluciones que se centren en corregir el proceso, en lugar de simplemente reaccionar ante un evento.
El papel de las amenazas internas
Por supuesto, incluso con los mejores procesos, la mala conducta intencional sigue siendo una amenaza interna importante. Esto puede abarcar desde que un empleado se apropie de material de oficina hasta un sofisticado esquema de malversación. Comprender los comportamientos que preceden a estas acciones es fundamental para prevenirlas. Para un análisis más profundo, puede consultar nuestra guía detallada sobre cómo prevenir el robo por parte de los empleados mediante estrategias eficaces .
El problema radica en que los métodos tradicionales para abordar estos riesgos —como la vigilancia invasiva, el monitoreo o las investigaciones a posteriori— minan la moral y generan graves responsabilidades legales en virtud de normativas como la EPPA. Estos enfoques obsoletos no solo son éticamente cuestionables, sino también ineficaces, ya que solo detectan el problema una vez que el daño ya está hecho.
La forma más eficaz de gestionar las pérdidas internas es identificar y abordar los comportamientos precursores y las deficiencias sistémicas antes de que se agraven. Una postura proactiva que refuerce los controles y aclare los procedimientos es la única vía sostenible para minimizar las pérdidas.
Un enfoque moderno y ético utiliza la mitigación de riesgos humanos mediante IA para detectar patrones e indicadores de comportamiento que sugieren un mayor riesgo, sin recurrir a la monitorización o vigilancia invasiva. Esto permite intervenir de forma temprana, por ejemplo, ofreciendo más formación, aclarando un procedimiento confuso o reforzando los controles en un área vulnerable. Al centrarse en la prevención, se construye una organización más resiliente y menos susceptible a pérdidas accidentales e intencionadas, protegiendo así sus activos y su reputación.
¿Por qué los métodos tradicionales de prevención de pérdidas no son suficientes?
Durante años, las empresas han combatido las pérdidas con las mismas estrategias de siempre. Han recurrido a recuentos periódicos de inventario, análisis forenses de contabilidad y largas investigaciones internas para averiguar adónde va el dinero. Si bien estos métodos son conocidos, comparten un defecto crítico y costoso: son totalmente reactivos.
Estos enfoques tradicionales solo dan la voz de alarma cuando el daño ya está hecho. Es como tener un detector de humo que solo se activa cuando el edificio ya se ha quemado. Para cuando una pérdida es lo suficientemente grande como para ser detectada por una auditoría manual, la causa raíz —ya sea un proceso defectuoso o un error humano— ha estado consumiendo silenciosamente sus recursos durante semanas, meses o incluso años.
Esperar a que ocurra una pérdida antes de actuar no es una estrategia; es garantía de que siempre irás un paso por detrás. Te ves constantemente solucionando problemas en lugar de prevenirlos. Esta actitud reactiva no solo es ineficiente, sino que supone una gran desventaja.
El alto coste y el bajo éxito de las investigaciones
Cuando finalmente se descubre una pérdida importante, la respuesta habitual es una investigación interna costosa y engorrosa. Estas indagaciones posteriores a los hechos desvían a personal clave de sus funciones, consumiendo tiempo y recursos valiosos. Todo el proceso es lento, engorroso y rara vez concluye con una respuesta clara o una recuperación total de lo perdido.
Peor aún, estas investigaciones suelen generar una cultura de desconfianza. Cuando los equipos se ven sometidos a un escrutinio minucioso, la moral se desploma. Esto crea un ambiente tóxico donde la gente teme reportar pequeños errores por miedo a ser culpada, lo que permite que los problemas menores se agraven y se conviertan en grandes crisis .
Las investigaciones reactivas son un síntoma de una filosofía de gestión de riesgos deficiente. Se centran en atribuir culpas por sucesos pasados en lugar de identificar y mitigar las debilidades sistémicas que provocarán pérdidas futuras.
Centrarse en lo que ya sucedió implica perder por completo la oportunidad de solucionar la causa raíz. Si bien se puede identificar un único caso de pérdida, la vulnerabilidad procedimental que la permitió sigue presente, latente, lista para ser explotada nuevamente. Para un análisis más profundo de este problema, nuestro equipo ha descrito los principales desafíos de la detección de fraude interno a posteriori .
Riesgos legales y éticos de las herramientas obsoletas
En su afán por adelantarse a la reducción de personal, algunas organizaciones recurren a herramientas tradicionales de vigilancia y monitoreo. Sin embargo, este camino está plagado de peligros, creando serios riesgos legales y éticos. Las tácticas invasivas pueden violar fácilmente los derechos de privacidad de los empleados y poner a la empresa en contra de regulaciones estrictas. Estos métodos reactivos no constituyen el nuevo estándar de prevención de riesgos internos.
Infracciones a la EPPA: La Ley de Protección de Empleados contra el Polígrafo (EPPA, por sus siglas en inglés) prohíbe estrictamente el uso de métodos similares al detector de mentiras. Cualquier herramienta que implique presión psicológica o que no cumpla con la EPPA puede acarrear graves consecuencias legales.
Erosión de la cultura empresarial: La vigilancia constante transmite un mensaje claro: no confiamos en ti. Esto puede ser devastador para la cultura de la empresa, generando resentimiento y desmotivación incluso entre los empleados más leales.
Invasión de la privacidad: Monitorear las comunicaciones o actividades de los empleados sin una razón clara y justificable puede dar lugar a demandas y dañar gravemente su reputación.
Estos métodos no solo son arriesgados desde el punto de vista legal, sino que están completamente desfasados con la gobernanza ética moderna. Una estrategia verdaderamente eficaz para la reducción de pérdidas debe basarse en la prevención, no en la vigilancia. Requiere un marco de gestión de riesgos ético que detecte y corrija las vulnerabilidades antes de que generen pérdidas, respetando siempre a los empleados y cumpliendo con las normas vigentes.
Adopción de un nuevo estándar en prevención proactiva
Imagine anticiparse a los riesgos que provocan pérdidas antes de que se reflejen en sus cuentas. Esto no es una utopía; es el nuevo estándar alcanzable en la prevención interna de riesgos. Dejar atrás las tácticas obsoletas e invasivas ya no es solo una opción, sino una necesidad estratégica para cualquier empresa moderna que se tome en serio la gobernanza, el cumplimiento normativo y la resiliencia operativa.
El antiguo modelo de esperar a que se produzca una pérdida para luego iniciar una costosa investigación está fundamentalmente obsoleto. Es disruptivo, caro y no aborda en absoluto los riesgos subyacentes del proceso y del factor humano que, en primer lugar, propiciaron la reducción de la actividad. Esta nueva norma da un giro radical a ese modelo, centrándose en la prevención ética, no intrusiva y proactiva.

De la reacción a la prevención
En esencia, este nuevo estándar se centra en un cambio de mentalidad. En lugar de preguntarse "¿Qué sucedió?" una vez que el daño está hecho, las organizaciones con visión de futuro ahora se preguntan "¿Qué condiciones podrían provocar una pérdida?". Este enfoque utiliza plataformas basadas en IA para detectar las señales de alerta sutiles y los riesgos derivados del factor humano que se manifiestan mucho antes de que se produzca una merma, manteniendo al mismo tiempo la plena conformidad con la EPPA .
Esto significa que puede detectar vulnerabilidades en tiempo real sin recurrir a la vigilancia ni a otros métodos que socavan la confianza y generan problemas legales. Se trata de comprender los factores que preceden al riesgo, no de monitorizar a los empleados. El objetivo es proporcionar a los responsables de la toma de decisiones en Cumplimiento, Riesgos y Recursos Humanos la información práctica que necesitan para reforzar los controles, optimizar los procesos y mitigar los riesgos antes de que se conviertan en pérdidas financieras.
El nuevo estándar de gestión de riesgos se define por su capacidad para prevenir pérdidas, no solo para documentarlas. Promueve una metodología ética y no intrusiva que fortalece la resiliencia organizacional desde dentro.
El poder de una plataforma compatible con EPPA
La verdadera prevención proactiva debe fundamentarse en la ética. Cualquier enfoque que se base en la vigilancia, implique la detección de mentiras o presente a los empleados como sospechosos no solo es contraproducente, sino también peligroso desde el punto de vista legal. Es aquí donde una plataforma que cumpla con la Ley de Protección de Datos Personales (EPPA) se convierte en un recurso absolutamente fundamental.
El sistema E-Commander / Risk-HR de Logical Commander ofrece una alternativa potente y ética. Nuestra plataforma está diseñada desde cero para ser no intrusiva. No utilizamos ningún tipo de vigilancia ni presión psicológica. En cambio, nuestro sistema impulsado por IA analiza los procesos e identifica los indicadores de comportamiento asociados al riesgo, lo que le permite abordar los posibles problemas de forma constructiva y respetuosa.
Esta metodología ayuda a crear una organización más resiliente y que cumpla con las normativas, al centrarse en la prevención en lugar de la reacción. Para adoptar un nuevo estándar en prevención proactiva, las empresas también deben ampliar sus estrategias para combatir las amenazas en línea; consideren integrar enfoques integrales para la protección de la marca digital contra el fraude y la falsificación en línea . Esta visión holística fortalece todo su marco de gestión de riesgos.
Comparación de enfoques de gestión de riesgos para la reducción de pérdidas
La diferencia entre la antigua forma de hacer las cosas y este nuevo estándar es abismal. Analicemos cómo se comparan los métodos reactivos tradicionales con un enfoque moderno y proactivo para la gestión de pérdidas .
Característica | Métodos reactivos tradicionales | Comandante lógico (Prevención proactiva) |
|---|---|---|
Momento | Postincidente; acciones posteriores a una pérdida. | Previo al incidente; identifica los riesgos antes de la pérdida. |
Enfocar | Asignar responsabilidades y recuperar activos | Corregir los riesgos sistémicos de los procesos y los factores humanos |
Metodología | Auditorías forenses, vigilancia, investigaciones | Mitigación de riesgos humanos de la IA , evaluaciones éticas |
Impacto en los empleados | Crea una cultura de sospecha y desconfianza. | Promueve la transparencia y la integridad procesal. |
Riesgo legal | Alto potencial de violaciones de la EPPA y de la privacidad | Totalmente alineado con la EPPA y éticamente sólido |
Resultado | Costoso, disruptivo y a menudo inconcluso. | Reduce las pérdidas , mejora el cumplimiento y aumenta la resiliencia. |
Esta tabla muestra una clara evolución en el pensamiento. Mientras que los métodos tradicionales se encuentran atrapados en un frustrante ciclo de detección y respuesta, un enfoque proactivo que utiliza software de evaluación de riesgos rompe ese ciclo definitivamente.
Permite a su organización anticipar y neutralizar las amenazas que provocan pérdidas, protegiendo tanto sus activos como su cultura. Adoptar este nuevo estándar no se trata solo de una mejor prevención de pérdidas, sino de construir un negocio más inteligente, sólido y ético.
Incorporar la IA ética a su estrategia de riesgos
Adoptar cualquier tecnología nueva puede resultar disruptivo. Sin embargo, una estrategia moderna para reducir las pérdidas no consiste en desmantelar y reemplazar a los equipos actuales, sino en proporcionarles mejores herramientas para anticiparse a los problemas y prevenir las pérdidas antes de que se produzcan.
El primer paso consiste en pasar de las investigaciones reactivas a las evaluaciones de riesgo proactivas y no intrusivas. Estas analizan los procesos y los factores humanos que generan oportunidades de pérdida. Esto crea un ecosistema de riesgo unificado donde los equipos de Recursos Humanos, Cumplimiento y Auditoría Interna trabajan con la misma metodología, pasando de respuestas fragmentadas a una estrategia de prevención coordinada.
Creación de un ecosistema de riesgo cohesivo
Una estrategia eficaz debe conectar el conocimiento con la acción. Mediante el uso de IA ética, se pueden identificar deficiencias en los procedimientos o detectar áreas con un riesgo elevado debido al factor humano, sin necesidad de recurrir a una vigilancia invasiva. Esto permite intervenciones precisas, como clarificar un flujo de trabajo confuso o brindar capacitación específica justo donde más se necesita.
Este enfoque transforma la gestión de riesgos, pasando de una serie de informes de incidentes aislados a un ciclo continuo de mejora. Proporciona una forma estructurada y basada en datos para fortalecer los controles internos, garantizando que cada medida preventiva no solo sea eficaz, sino que también cumpla plenamente con la normativa EPPA. Nuestra plataforma E-Commander ofrece las capacidades de detección de amenazas internas necesarias para hacer realidad este modelo proactivo.
El objetivo principal es construir un sistema donde Recursos Humanos y Cumplimiento no se limiten a reaccionar ante los problemas, sino que participen activamente en la creación de un entorno laboral más resiliente y ético. Esta actitud proactiva es la verdadera característica de un programa de gestión de riesgos maduro.
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Para las consultoras y los proveedores de SaaS B2B, el riesgo interno representa una gran oportunidad. Sus clientes buscan activamente formas de combatir la merma y otras amenazas internas, pero necesitan un método eficaz y ético. El programa PartnerLC les ofrece una solución clara para satisfacer esa necesidad.
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Establecer un nuevo estándar: Ofrecer a los clientes una solución de prevención de riesgos verdaderamente moderna, basada en IA, que deje atrás los métodos reactivos obsoletos.
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Asociarse con nosotros significa que podrá utilizar la tecnología de Logical Commander, alineada con la EPPA, para ofrecer a sus clientes una solución real a uno de sus problemas más persistentes y costosos.
¿Tienes preguntas sobre mermas y riesgos? Vamos a aclararlas.
Al intentar controlar la merma interna, suelen surgir muchas preguntas similares. Quienes toman las decisiones a menudo se enfrentan a los mismos desafíos fundamentales. Aquí, abordaremos directamente esas preocupaciones comunes, brindándole respuestas claras basadas en una gestión de riesgos ética y alineada con la EPPA.
El objetivo es ayudarte a cambiar tu forma de pensar, pasando de simplemente reaccionar ante los problemas a prevenirlos de forma proactiva desde el principio.
¿Cómo podemos distinguir entre un error humano y un acto intencional?
Esta es la pregunta del millón, y, francamente, es donde la mayoría de los métodos tradicionales fallan estrepitosamente. Un enfoque proactivo y ético no intenta adivinar la intención del empleado. En cambio, una plataforma que cumpla con la EPPA se centra en una sola cosa: identificar procesos defectuosos y desviaciones de la norma.
Piénsalo así: nuestra tecnología de mitigación de riesgos humanos basada en IA no señala a las personas. Detecta cuando un proceso específico falla repetidamente o cuando se eluden los controles una y otra vez. Esto te permite investigar la debilidad sistémica —quizás se trate de una deficiencia en la capacitación o un flujo de trabajo simplemente defectuoso— sin recurrir a métodos de vigilancia invasivos que minan la moral y generan problemas legales.
¿Cuáles son los primeros pasos para construir un programa proactivo?
Para ser proactivo, basta con un simple cambio de mentalidad. En lugar de esperar a que se produzca una pérdida y luego averiguar por qué, se empieza por comprender las condiciones que permiten que se produzca la disminución en primer lugar.
Analice su situación actual: En primer lugar, identifique las áreas de su negocio más vulnerables a fallos en los procesos y riesgos relacionados con el factor humano.
Establezca límites claros: Refuerce sus procedimientos internos. Asegúrese de que todos sepan quién es responsable de qué en todos sus flujos de trabajo críticos.
Incorpora tecnología ética: Integra un software de evaluación de riesgos no intrusivo para obtener visibilidad de las señales de alerta temprana y las deficiencias sistémicas antes de que se conviertan en pérdidas importantes.
Al desarrollar este marco, también es conveniente asegurarse de que sus demás estrategias de gestión de riesgos sean igualmente sólidas. Por ejemplo, mantener la información segura mediante la destrucción completa de datos es un elemento fundamental de cualquier plan integral de gestión de riesgos.
El primer paso más importante es reconocer que la verdadera prevención no consiste en controlar a las personas, sino en perfeccionar los procesos. Al centrarse en la integridad sistémica, se construye una organización resiliente desde sus cimientos.
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